A corona del Inca

La llegada al "Inca Pillu" (Corona del Inca).

Después del trayecto conociendo los paisajes increíbles alrededor del Volcán Pissis y habiendo dormido bien en el obrador Vialmani, nos despertamos temprano sobresaltados por el apuro de los puesteros quienes nos dijeron que habían escuchado por su equipo de radio que se avecinaba una tormenta de nieve. Nos mostraron esas nubes gruesas que se ven detrás de los cerros advirtiendo que de llegar la nieve podía cerrarse el paso hacia Vinchina.

 

Desayunamos resignándonos a que después de tanta suerte con el clima, estaba dentro de la lógica que nos fallara justo en el último tramo de la travesía no dejándonos llegar a Corona del Inca.

 

1.5

Cargamos todo el combustible de reserva.

Esa noche hizo mucho frío y hubo que ponerse todo lo que teníamos para dormir. A pesar de que las chatas durmieron en un galpón que nos ofrecieron, la nieve que traía Leandro del Pissis intentó derretirse pero volvió a congelarse antes del caer al piso, formando estalactitas en la suspensión.

 

 

Salimos tranquilos hacia Vinchina pensado en qué invertir el día que nos quedaba dado que habíamos decidido que no nos arriesgaríamos a ir a Corona con esa amenaza de tormenta de nieve que nos habían pasado. Vicuñas que huyen espantadas ante la fealdad de la Toyo de Horacio jaja!!

 

Sin embargo al acercarnos al desvío de ripio que lleva hacia Corona del Inca vimos hacia adentro un grupo de motos de enduro y algunos cuatris con un par de camionetas de apoyo. Entramos al camino y nos dijeron que eran de Vinchina y que iban a Corona. Les preguntamos por la supuesta tormenta y dijeron que por supuesto habían consultado la meteorología y no habían visto nada por el estilo. Así es que después de casi ninguna duda retomamos el plan original y agarramos para Corona. Las motos y cuatris nos seguían de cerca apoyándonos mutuamente, al menos para mi subconsciente pues yo tenía una duda secreta con la cantidad de combustible ya que después de cargar mi reserva (solo 23 lts en mi caso, los demás llevaban 40 c/u) llegaba a un poco más de medio tanque y era el que menos tenía. Si bien en la teoría me resobraba y las otras chatas podrían de última “convidarme” del líquido elemento, el terreno desconocido, la altura, etc. me agregaba una cuota de incertidumbre sobre el tema.

 

El arenal si bien era bastante pesado nos permitió transitarlo bien sin desinflar las gomas debido seguramente a que el intenso frío lo hacía un poco más firme. Me imagino que con otra temperatura debe ser mandatario desinflar y poner la baja.

 

Íbamos en permanente ascenso, apareciendo diferentes y espectaculares formaciones.

Justo venía pensando en lo bien que iba mi querido tractor amarillo, en 4° de alta en el arenal y en ascenso (5.100 mts), probablemente por haber colocado el combustible premiun del bidón (imaginaba yo) cuando de repente ¡¡REPÁMPANOS¡¡ ¡!TRUENOS Y CENTELLAS!!!! se me prendió la luz de “check engine” en el tablero (el motorcito amarillo que indica una falla en el motor…..).
Mientras contenía la respiración escuchando cada sonido de todo el vehículo fui deteniendo la marcha pero sin parar el motor. El manual por supuesto dice “…cuando esto ocurra lleve el vehículo al concesionario oficial más cercano jaja!! ¡¡qué HsDP!!.
Como en principio no venía ninguna pérdida de líquidos, ni nada flojo, ni temperatura, ni nada (es más, el motor sonaba como un violín como nunca) y de mecánica yo “cero al as” decidí alcanzar a las Toyotas que me esperaban un poco más adelante.
Allí con los más sabihondos sobre estos engendros mecánicos miramos tocamos y revisamos componentes, sensores, etc. No encontramos nada en principio y la chata seguía respondiendo perfecto, así es que, considerando que era lo mismo me arrastren desde allí que desde un poco más adelante decidí seguir hasta que hubiera o sintiera algún otro “síntoma”.

 

A medida que subíamos el frío y la falta de aire se haa sentir. A pesar de la muy buena adaptación que ya teníamos para ese entonces, en las toyo “faltaba el aire”.

Corroborando la ruta.

 

 

Horacio acercándose a la zona del pedregal.

 

 

Imposible no empezar andando por arriba de las piedras en la entrada al pedregal. Aparecieron cursos de agua congelados.

 

Eligiendo la menos puntiaguda para pisar.

 

 

Otra vez las intimidades de la Toyota de Horacio en una trepada corta para buscar un mejor camino.

 

Leandro pasa justito.

 

Nos alcanzaron y nos pasaron algunas de las motos y los cuatris. La verdad es que estaba un poco fresco para ese tipo de vehículos jaja!! Debe ser bastante exigente teniendo en cuenta que al clima hay que sumarle el trabajo físico que implican estos aparatos.

 

Uy yu yuy sobre las piedras.

 

Foto "rara" con Horacio tomado de adelante ya que casi siempre iba al frente siguiendo su track. Acá fue uno de los momentos en donde se hace valer el olfato de Leandro para elegir por donde ir poniendo la rueda jaja!!

 

Saliendo del pedregal rumbo a seguir ascendiendo hacia Corona.

 

 

Contrafoto.

 

Las motos y los cuatris de repente reaparecían. Se ve que por momentos tomaban por dunas diferentes.

 

 

Rumbo al ascenso final.

 

Por el borde de los penitentes.

 

Era por el borde en serio.

 

Leandro llegando al borde del mirador.

 

 

Horacio.

 

Las dos Toyotas al borde del mirador de Corona.

 

Y al fin acá estamos los tres al borde del mirador del Inca Pillu, nombre con que llamaban los antiguos incas al volcán Corona del Inca. Horacio, Santiago, Leandro y Patricia. Nos bajábamos un ratito cada uno y volvíamos a subir pues hacía un frío impresionante (la X-T me marcaba -9 °C) y había un viento terrible que debe haber bajado la sensación térmica aún bastante más.

 

Hacía frío en serio.

 

La altura en km que te marca el GPS para taxi de Uy yu yuy jaja!!

 

 

Y nos vamos del espectáculo increíble de Corona del Inca. Realmente plenos y satisfechos de haber estado en un lugar como este. Según un francés que sabe y escribió libros sobre el tema del osróu, éste es uno de los no muchos lugares tan altos y espectaculares en el mundo a los que se puede llegar en vehículos de este tipo.

 

Volviendo ya en esta foto se aprecian las grandes ondulaciones que tiene la última parte del ascenso. Realmente para dejar “colgado” a cualquier vehículo sin el despeje suficiente.

 

 

Bajando por “caminos alternativos” para volver más rápido.

 

 

El pedregal de regreso.

 

Después de la piedras y ya en el arenal y al acercarnos de nuevo a los 5.100 mts. de repente ¡¡se apagó la luz de “check engine” tan campante como se había encendido!!. Tal como supusimos evidentemente la computadora ajustó la falta de oxigeno hasta que pudo y después acusó la falta del mismo. Hay que sumarle que el filtro para ese momento ya tenía un alto componente de polvo noroesteño…

 

 

Tramo final del camino de salida de Corona hacia la Laguna Brava. Como dijo Leandro más arriba, el camino es apenas de dificultad media (esquivar piedras, nieve, las ondulaciones y pelear un poco el arenal si hace calor). La gran exigencia es para el físico en cuanto a la adaptación a la altura. A pesar de la preparación que habíamos adquirido por el terreno ya recorrido, la falta de oxígeno se sintió sin duda, al igual que los vehículos, que me imagino lo sentirán aún más si son aspirados.

 

 

A la vista ya de la Laguna Brava, visita obligada al refugio del Destapado. Los refugios son varios a lo largo de este camino (rumbo al paso de “Los Toros”) y fueron construidos por el presidente Sarmiento con el motivo de servir de abrigo a los arrieros que llevaban ganado a Chile. Todos tienen adyacentes un corral también de piedra.

 

Saludando al Destapado.

 

La tumba abierta del Destapado. Dicen que se llama así pues cada vez que la tumba era tapada con piedras, al tiempo aparecía de nuevo abierta. Dicen también que se trata de un perseguido político chileno que falleció allí mientras escapaba de sus connacionales.

 

Laguna Brava.

 

 

Zorrito al borde de la laguna que se acercó a ver si conseguía comida.  Hermoso animalito.

 

 

Guanacos.

 

Restos que todavía se aprecian del famoso avión que transportaba caballos a Chile y aterrizó de emergencia en la laguna. Dicen que el piloto y algunos animales se salvaron.

 

 

Caravanas que el nuevo curro de “guías” truchos forman en Vinchina hacia los lugares de donde nosotros veníamos. No tienen comunicación, ni medios de rescate ni nada. Tampoco esa zona es parque nacional ni reserva ni nada. No te muestran nada escrito que los autorice a cobrarte. Simplemente te paran y te cobran. Ya ha habido anécdotas de vehículos poco apropiados y sin ningún elemento de rescate (ni eso “fiscalizan”) quedándose camino Corona, con el “guía” adentro esperando que alguien que pase los desencaje. A nosotros nos preguntaron mirándonos "fiero" a qué hora habíamos entrado. Cuando le dijimos que veníamos de Vialmani y desde Fiambalá la pensaron, dijeron "ah" y nos dejaron seguir. Capaz que les íbamos a pagar jaja!!

 

 

Espectacular y excelente estado del camino a Vinchina (lo estarán por asfaltar…?).

 

Horacio y detrás la X-Terra.

 

 

Allá abajo va Leandro.
Finalmente llegamos a Vinchina bastante más temprano de lo esperado. Solo había combustible de bandera blanca que no nos dio mucha confianza así es que luego de un cálculo muy finito decidimos tratar de llegar a Villa Unión. Llegamos de verdad con el olor, yo en especial que de entrada era el que menos tenía. Hasta en eso se mostró noble el tractor.
Desde Villa Unión hablamos al ACA de Chilecito y arreglamos que nos esperen alojamiento y comida y hacia allá fuimos para descansar lo mejor posible después del último día de travesía, para nada menos emocionante que los anteriores.
Al día siguiente tal como estaba previsto Leandro partió de regreso pues debía trabajar el lunes.

 

 

Horacio y nosotros nos tomamos un día más, paseando por Catamarca. Aquí bajo la bandera META en la plaza de San Fernando del Valle de Catamarca.

 

Cruzamos por la Cuesta del Portezuelo hacia Santiago del Estero.

 

A mitad de camino y ya de bajada este viaje increíble nos regaló el último espectáculo emocionante. Encontramos una gran cantidad de cóndores (en un momento contamos cerca de treinta) volando todos juntos en círculos la corriente dinámica de aire que sube por la ladera del cerro y los mantiene allí en vuelo casi estacionario, sin tener que aletear.

Estuvimos casi media hora viéndolos volar, algunos muy cerca nuestro hasta poder distinguirles el anillo blanco en el cuello. Hasta que de repente así como aparecieron se fueron. Todos juntos, como si hubiese terminado el turno de una escuela de vuelo y regresaran todos al ate-rrizaje. Una verdadera maravilla.
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Y en fin. Como resumen del viaje les cuento que salió todo de acuerdo a lo previsto. Una travesía por lugares alucinantes, sin ningún tipo de problemas y disfrutada al máximo en familia. Salvo un par de golpes en los bajos de la Vitara, el susto de mi luz de motor y un estribo de mi tractor doblado hacia atrás por una piedra  no tuvimos absolutamente ningún incidente mecánico. Ni una pinchadura. Tuvimos la alegría de traer en su lugar todo lo que habíamos llevado (2do auxilio, highlift, planchas de alumino, etc.).
Y como siempre el agradecimiento a la proverbial buena onda del grupo META, que a estas alturas y después de tantas aventuras y kmts recorridos, con solo mirarnos o con 5 segundos de silencio de radio, ante una disyuntiva o momento de decisión todos sin duda tenemos la misma opinión de lo que hay que hacer.

Muchas gracias a todos por las felicitaciones al relato y a las fotos (que las sacamos entre todos). Me alegro les haya gustado y los invito a que hagan este viaje que de verdad vale la pena.
UN ABRAZO PARA TODOS!!!!!!!!


....END OF TRACK.

 

 

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